La siesta
Ayer viernes, no se por que pero estaba especialmente cansado. No se si es por levantarme a las 8 después de acostarnos pasada la una.
El caso es que después de comer me senté en una silla junto a la piscina para leer un rato. Sin embargo segun me senté por algo se me cerraron los ojos. Desconozco el motivo.
Decidí que era de imbéciles quedarme sopa en la silla por lo que poco después tenía mi 1.74 de altura tirado a lo largo del césped.
Entre sueño y sueño empecé a oír, muy, muy a lo lejos el ruido de los cafres cantarines pequeños que volvían se marcha.
Seguía dormido y sentí como se acercaban y venían directamente a la piscina que estaba a unos tres metros de mi cabeza. No había otra actividad posible. Lo terrible era que algunos inconscientes se estaban bañando. En concreto vi una niña que me recordaba mucho a my hija, cosa que no puede ser ya que está en un campamento scout y esto es un campamento de cafres cantarines.
A eso de las 16.50 me desperté y alli cerca tenía a un montón de niñ@s,.jugando en la piscina sin dejar de gritar.
!! Socorro, quiero silencio !!
Heridas de guerra.
Hasta ahora hemos sufrido varias bajas de guerra, todas tontas pero tenemos que presumir de ellas. Faltaría plus.
El primero, diego. Corte en la yema del dedo. Profundo y el típico que te rozas con todo.
Después yo. Cortando pan y el cuchillo decide saltar por que sí. Igual, sin importancia, pero entre la uña y la articulación con lo que al menor movimiento se volvía a abrir.
Después, Almudena. Preparando el pure y "plop", salta directamente a su muñeca. No es grave pero sí bastante molesto.
Sí asumimos que ayer se quemó un dedo y esta mañana ha "acercado" la mano a uno de las planchas y sin tocarla, se ha vuelto a quemar, en total lleva tres quemaduras en dos dias.
Vamos, que estamos hechos un cuadro.
Lo más gracioso ha sido está misma tarde. Hemos tenido que proteger las columnas que sujetan la campana ya que Almudena se ha tragado una de ellas. Pobrecita, que racha.
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